Lo que viene para los empleos en México y nadie está discutiendo
En mayo de 2025, una entrevista publicada por la agencia Axios encendió una alarma global. El entrevistado fue Dario Amodei, cofundador y CEO de Anthropic, una de las empresas líderes en inteligencia artificial. Sus palabras no fueron diplomáticas: “ya comenzó un baño de sangre para los trabajos de oficina”. Con esta frase, no hablaba del futuro, sino del presente. Lo que describió no es ciencia ficción, sino un cambio profundo que ya está en marcha y que, si no se comprende a tiempo, podría generar consecuencias sociales devastadoras.
Lo más sorprendente es que sus declaraciones no surgieron de una visión catastrofista ni marginal. Al contrario, tuvieron un eco inmediato entre figuras como Barack Obama, quien comentó en la red social X (antes Twitter): “Dario Amodei hace sonar la alarma sobre el impacto que la IA tendrá en los trabajos de oficina. Es una advertencia que no podemos ignorar.”
Este artículo busca hacer eco de ese llamado, llevar la conversación al contexto mexicano y contribuir a que líderes empresariales, ciudadanos y gobiernos comiencen a actuar. Porque, como Amodei advierte, no habrá soluciones si primero no aceptamos la magnitud del desafío.
La advertencia de Dario Amodei
Lo que plantea es que los sistemas de IA generativa están comenzando a reemplazar funciones de estos trabajos a una velocidad sin precedentes. Y esto no significa simplemente recortar personal, sino no volver a contratar, no generar nuevos empleos, no dar oportunidades a jóvenes que antes accedían a estas áreas como primer escalón laboral.
Sus cálculos indican que, solo en Estados Unidos, podrían desaparecer entre el 10% y el 20% de los trabajos de oficina en los próximos cinco años. Es un porcentaje altísimo si se considera que hablamos de millones de empleos.
Además, remarca un punto crucial: las nuevas oportunidades que podría generar la IA aún no aparecen con la misma velocidad. A diferencia de otras revoluciones tecnológicas, esta está destruyendo más rápido de lo que construye.
¿Y qué puede pasar en México?
Aunque los números son estimaciones para Estados Unidos, los efectos en México podrían ser igualmente severos, especialmente porque gran parte del trabajo administrativo en empresas medianas y grandes sigue un modelo tradicional, poco digitalizado y vulnerable a ser automatizado rápidamente.
No es difícil imaginar que áreas como:
- Atención al cliente
- Soporte técnico
- Captura y análisis de datos
- Recursos humanos
- Contabilidad básica
... podrían sufrir recortes o dejar de contratar nuevos perfiles.
Además, el rezago en políticas públicas y la falta de debate abierto en medios de comunicación masivos hacen que el tema aún pase desapercibido para la mayoría de los tomadores de decisión.
Lo que otros líderes ya están diciendo
Este artículo de Axios no fue un eco aislado. En los días posteriores a su publicación:
- Barack Obama lo compartió en redes y alertó sobre la urgencia de abrir un debate público.
- Sam Altman, CEO de OpenAI, admitió que aún no comprenden completamente las implicaciones sociales de los modelos que están creando.
- Elon Musk, aunque polémico, ha advertido repetidamente sobre la necesidad de regular la IA antes de que los cambios se vuelvan inmanejables.
- Mark Zuckerberg ha dicho recientemente que los nuevos modelos de IA serán capaces de realizar gran parte del trabajo que hoy hacen desarrolladores junior y personal administrativo.
Algunas empresas ya comenzaron a anunciar recortes silenciosos en áreas de soporte. Y otras simplemente no están renovando plazas vacantes.
¿Qué hacer ahora?
Frente a un escenario que podría redefinir el mundo del trabajo tal como lo conocemos, Dario Amodei no se limitó a lanzar una alarma. También compartió recomendaciones concretas que pueden ayudarnos a transitar esta transformación con mayor conciencia y responsabilidad.
Estas son sus principales propuestas:
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Aceptar que el impacto ya comenzóNo se trata de una predicción lejana. Según Amodei, el "baño de sangre" laboral ya empezó en los trabajos de oficina. Ignorar esta realidad es un error estratégico.
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Prepararse para un shock socialSi no se anticipa colectivamente lo que viene, las consecuencias podrían ser políticas, sociales y culturales. Gobiernos, universidades, medios, empresas y ciudadanía deben abrir el debate sin demora.
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Capacitar urgentemente en uso de IALa diferencia entre quedarse fuera del mercado o adaptarse puede estar en aprender a usar estas herramientas a nuestro favor. La alfabetización digital ya no es opcional.
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Crear organismos que regulen el desarrollo de IAAsí como existen estructuras para la regulación nuclear o sanitaria, Amodei propone instituciones que supervisen y orienten el desarrollo de la IA con enfoque ético y social.
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No confiar solo en el mercado para ordenar esta transiciónDejar que el mercado actúe sin intervención llevará a desigualdades más profundas. Se necesita acción pública y participación informada desde todos los niveles.
A partir de estas ideas, vale la pena sumar algunas reflexiones desde el contexto mexicano y latinoamericano:
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Incluir a las pymes en la conversaciónEn países como México, la mayoría del empleo se genera en pequeñas y medianas empresas. Si no tienen acceso a una transición responsable hacia la IA, podrían desaparecer silenciosamente.
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Impulsar alianzas público-privadas para reconversión laboralNo bastará con cursos sueltos. Se requiere una política integral para reentrenar a quienes hoy ocupan puestos que podrían ser reemplazados en los próximos años.
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Redefinir el propósito individual más allá del trabajo técnicoLa automatización nos confronta con una pregunta más profunda: ¿qué nos hace valiosos como humanos? Más allá de tareas repetitivas, esta es una oportunidad para replantear nuestras aspiraciones, talentos y contribuciones. Estamos llamados no solo a adaptarnos, sino a imaginar nuevos horizontes con propósito.
Un llamado a tiempo
Este artículo no busca sembrar miedo. Busca sembrar responsabilidad.
No estamos ante una disrupción cualquiera. Estamos ante un punto de quiebre. Y como toda gran transformación, puede llevarnos a escenarios de crisis... o de renovación.
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